[ONDA CORTA]

 

 

 

GRIETA

» ENVIADO DESDE EL BARCO DEL ARROZ

»

» 12° 01’ 54” N, 39° 02’ 28” E

»

» Las rocas milagrosas parecían intocables al amparo de la cruz.

»

» El rumor, tan tenue como persistente, ya llevaba tiempo acechando en lo profundo de la piedra.

»

» En el lugar menos pensado, la frontera entre cielo e infierno puede difuminarse en cuestión de horas.

»

» 7LB1-5Y43-D669

» FIN DE LA TRANSMISIÓN_

Por primera vez, en Plan H hemos doblado una historia enviada por El barco del arroz; esperamos que a la parte de nuestro público que no habla ahmárico le haya parecido una buena idea (las locuciones en los tres idiomas son gentileza de Alfons Claver, gran amigo de la casa). De paso, aprovechamos para recomendarte que escuches estos sonidos con auriculares para no perderte nada.

 

Nuevamente, el aura de atemporalidad que envuelve a las trasmisiones del barco no nos lo pone fácil para fechar el contenido. Pero sí creemos que estos retazos de relato personal vienen de muy poco antes del estallido del conflicto que, en sucesivas oleadas, lleva años masacrando a Etiopía sin que el ruido moleste demasiado al resto del mundo.

 

La voz comunica una sensación de alivio y esperanza en tiempos de paz. Pero, escuchada hoy, esa plácida estampa suena inquietantemente ajena a una presencia subsónica que ya en aquel momento amenazaba bajo tierra en forma de tensiones tanto geológicas como sociales. Y, a toro pasado, tampoco es difícil relacionar esa premonitoria sombra sonora con las vibraciones de baja frecuencia que, literalmente, abrieron heridas en el corazón de Lalibela.

 

En noviembre del 2023 y ante el estupor de los fieles, los truenos del armamento pesado sacudieron un lugar santo que se percibía como una burbuja espiritual prácticamente desvinculada del mundo físico. En una nueva escena de la ubicua lucha entre un estado «pacificador» y guerrillas locales apoyadas por buena parte de la población de la zona, el ejército nacional descargó su imponente peso al límite de los templos de esta Nueva Jerusalén excavada en la piedra (hay quien dice que por ángeles) hace casi 1000 años. Los impactos propagaron ondas que resquebrajaron tanto el basalto rojo como la fe en la invulnerabilidad de lo sagrado.

 

Ahora, en Lalibela temen que esa brecha abierta por la violencia siga creciendo hasta el punto del desmoronamiento. No se lo esperaban; los que menos, los sacerdotes que cada día recorren sus estrechos pasadizos envueltos en un manto protector de oración y liturgia heredado de tiempos remotos. La contradicción resulta aún más desconcertante si tenemos en cuenta que el líder del país había sido ungido previamente con una distinción tan codiciada como el premio Nobel de la Paz. Tal como concluye el mensaje de texto transmitido desde el barco, la línea que separa la calma del desastre puede ser tan fina como una grieta en la roca.

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